La Iglesia y las emergencias

La Iglesia, como madre, auxilia en todas las necesidades

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Personas rescatadas en un bote sobre el agua, símbolo de ayuda humanitaria en contextos de emergencia.
Personas rescatadas en una emergencia, símbolo de la labor humanitaria que la Iglesia realiza en todo el mundo.

En el ADN de la Iglesia está la ayuda —material y espiritual— a los necesitados, a los pobres. Ya se nos habla de la elección, por parte de los apóstoles, de los siete diáconos para encargarse de la distribución de alimentos y ayuda a las viudas y pobres de la comunidad. Este servicio marcó la idiosincrasia de servicio y caridad de la Iglesia.

Los monasterios y órdenes monásticas presentan, ya desde la Edad Media, una larga tradición de caridad, asilo y asistencia a los pobres. Las instituciones religiosas misioneras ofrecían asistencia humanitaria en paralelo con su actividad evangelizadora.

Durante el siglo XIX surgen las primeras ONG cristianas que se hacen presentes en todas las catástrofes naturales que, de vez en cuando, asolan el devenir humano. Y con las ONG, la Iglesia directamente se hace presente con sus miembros llevando, con los recursos materiales, la esperanza y caridad tan necesarias en esas circunstancias.

Pero la Iglesia no actúa solo en las emergencias extraordinarias, hay muchas emergencias comunes, diarias, que tienen una atención permanente por Cáritas, Manos Unidas, voluntariado, organizaciones parroquiales, colegios, sacerdotes, religiosos, laicos que trabajan incansablemente en tareas de rescate, limpieza, ayuda económica, apoyo a las familias… Muchas personas son atendidas diariamente por las comunidades cristianas y por los organismos eclesiales de la acción caritativa y social.

El apoyo espiritual y material de la Iglesia es permanente en las emergencias cotidianas y en las extraordinarias como ocurrió, últimamente con la DANA de Valencia. El arzobispo de Valencia, Mons. Enrique Benavent, presidió en el rezo del rosario por las víctimas en la Basílica de la Virgen de los Desamparados, expresó: «Estamos arbitrando medios y posibilidades para ayudar a los que lo necesitan. Hemos ofrecido las instalaciones de las parroquias que están en condiciones para convertirse en lugares de solidaridad y acogida».

Cáritas acompañó a 42 336 personas sin hogar y atendió en toda España a 64 865 personas en sus iniciativas de empleo. Cáritas dedicó el año pasado la cifra récord de 117,5 millones de euros a todas sus iniciativas de economía solidaria.

Para muestra vale un botón, en nuestro reducido espacio no podemos desarrollar la ingente labor caritativa socio-espiritual de todos los organismos católicos que demuestran, para quienes lo quieran ver, que la Iglesia, como madre, auxilia en todas las necesidades. Y no solamente a los creyentes.

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