Los símbolos de la JMJ

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Los símbolos de la JMJ
Los símbolos de la JMJ

Por Equipo Pedagógico Ágora

En junio de 2019 el Santo Padre eligió el lema de la JMJ de Lisboa: «María se levantó y partió sin demora», con el que se abre el relato de la Visitación. María, protagonista de las dos últimas Jornadas Mundiales de la Juventud, es la gran figura del camino cristiano. Nos enseña a decir sí a Dios y parte sin demora para atender a Isabel. Pero le lleva algo más en sus entrañas: a Cristo vivo. María es la primera evangelizadora.

Dos símbolos acompañan a la JMJ: la cruz peregrina y el icono de Nuestra Señora Salus Populi Romani. Ambos peregrinan por todo el mundo para anunciar el evangelio entre los jóvenes.

La cruz es la confiada por Juan Pablo II el Domingo de Ramos de 1984: «¡Queridos jóvenes! Al final del Año Santo, os confío el signo real de este Año Jubilar: ¡la Cruz de Cristo! Llevadla al mundo como signo del amor de nuestro Señor Jesucristo para la humanidad, y anunciad a todos la muerte y resurrección de Cristo, la salvación y la redención».

Desde entonces ha peregrinado a 90 países en los 5 continentes. Se ha convertido en un verdadero signo de fe. Durante su recorrido se ha enfrentado a muchos obstáculos, incluyendo ataques aéreos. Se mostró como signo de esperanza en lugares especialmente sensibles. En 1985 viajó a Praga estando Europa dividida aún por el telón de acero. Poco después del 11 de septiembre, viajó al Ground Zero, en Nueva York, donde tuvieron lugar los ataques terroristas. También visitó Ruanda en 2006, tras la devastadora guerra civil.

Desde el año 2003, la cruz cuenta con la compañía del icono de Nuestra Señora Salus Populi Romani. San Juan Pablo II declaró esta advocación mariana como patrona de las JMJ y desde entonces una réplica acompaña a la Cruz de los Jóvenes simbolizando la presencia de María entre ellos.

El icono es también conocido como Nuestra Señora de las Nieves, y la tradición lo vincula al cristianismo primitivo. Pintado sobre madera de cedro, consta que llegó a Roma en el año 590. Las letras situadas en la parte superior identifican a María como «Theotokos», (la que dio a luz a Dios). Jesús descansa sobre el brazo izquierdo de su Madre, con su brazo derecho ligeramente levantado en un gesto de bendición. La mano derecha de María aparece cruzada sobre la izquierda, abrazando dulcemente al Niño.

El original se encuentra en la Basílica de Santa María la Mayor, donde el papa Francisco acude a rezar antes y después de cada viaje apostólico. En 1571 Pío V oró ante él para implorar la victoria en la batalla de Lepanto. En 1954 fue coronado por Pío XII, como Reina del Mundo.

El 27 de marzo de 2020 el icono fue llevado a la plaza de San Pedro para presidir la bendición urbi et orbi al mundo con motivo de la pandemia por coronavirus.

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