Traemos hoy a colación una nueva carta circular del P. Morales. Está escrita a máquina en una cuartilla por las dos caras, con membrete de la Universidad de Comillas. No tiene errores ni correcciones y la firma es autógrafa, a pluma. Se la envió a Abelardo de Armas como Director de los Cruzados, siendo estos los destinatarios de la misma.
A punto de comenzar su tanda anual de Ejercicios espirituales, desahoga su interior. Es quizás la primera vez que se trasluce un sentimiento de necesidad de oraciones para sí mismo. Superada ya la prueba de la separación de la obra (1963), y el destierro de Madrid (1961-1963), deja ver un momento singular en su vida, quizás de oscuridad interior, cuyas causas desconocemos; quizás de preocupación por la obra apostólica. Junio de 1970 fue un momento crítico para el Instituto de las Cruzadas; pero también para algunos de los primeros cruzados y sacerdotes. Fueron tiempos recios para la toma de algunas decisiones importantes.
La carta es histórica porque marca el inicio de lo que fue la oración nocturna de los Cruzados de Santa María por el fundador hasta su muerte. Que la iniciativa fuera suya es, sin duda, revelador; como lo es el esmerado empeño en que se cumpla cada día.
La carta, que rezuma afecto y sentimiento de necesidad de protección, termina (y ello es también muy novedoso) con dos citas en lugar de una despedida afectuosa como otras veces. Parecen forzadas por el lugar de la carta donde están.
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Comillas, 20 junio 1970
Mis queridos hijos todos y cada uno:
El Espíritu Santo pone en mi corazón deseos de vivir como nunca la próxima campaña Visitación . Presiento será decisiva para la Cruzada y reclutará nuevos militantes del Amor si cada uno se adentra en adoración amorosa continua al Padre en Jesús viviendo en su alma.
Quiero prepararme para esos tres meses que serán catarata de gracias de María sobre la Iglesia y el mundo, quedándome a solas con el Amor para hacer mis Ejercicios contemplando cielos, tierra y mar, adorándole en tantos sagrarios que tenemos la suerte de tener aquí. Necesito vuestras vidas hechas oración desde el 23 al 2. Sois los primeros interesados. Necesito en mi nada, más que cualquiera de vosotros, las luces del Padre, de “Quien procede todo don perfecto”. Pedid para mí oraciones en Ponzano, y escribir Cerro, Aldehuela, Aravaca, Encarnación, Villagarcía…, y los de la diáspora a los respectivos Carmelos. Así, cuando el 3 haga misa en Carmelo Ruiloba , podré ofrecer al Señor en Jesús cerquita de la Virgen, todos vuestros anhelos de santidad y conquista en la campaña iniciada.
Necesito, pues, vuestras oraciones, ahora y siempre, pero más en estos días y campaña próxima, para que la Virgen como a Juan Bautista me haga, nos haga a todos, anunciadores de Jesús, cruzados, precursores en Él.
Vamos a introducir, si os parece, una súplica diaria por mí. En el momento del día que estéis todos y os parezca más adecuado. Mayor: Oremos por el Padre. Todos: El Señor le conserve, proteja y santifique. Mayor: Inmaculada Madre de Dios. Todos: Que sea para ti otro Jesús, para las almas otro Cristo, para el Padre de los cielos otro hijo en quien se agrade. Si alguno no puede hacerlo con todos, busque momento del día para hacerlo sin olvidarse nunca. Por ejemplo, después ángelus, al acabar examen… Añadid a esto cada día una mortificación, mejor, un acto de amor por la misma intención. Para no recargar, puede ser una de las cosas que pide nuestra vocación, mejor hecha: una hora estudio o trabajo, horario fiel parte del día, obediencia amorosa…, o lo que a cada uno se le ocurra, con tal que sea algo muy concreto y controlable. Si en balance nocturno se descubre no haberse hecho, suplidlo con un avemaría repitiendo la súplica: Oremos por el Padre…
Os bendice. No olvidéis que la Iglesia y el mundo necesitan santos (Pablo VI), que la juventud es para la santidad y la santidad para la juventud (Guy Baret).
Tomás Morales SJ