Por Mar Carranza Jiménez
En esta ocasión tenemos la suerte y el placer de charlar con Noemí Saiz Saiz. Ella se define, sin dudarlo, por este orden: esposa, madre de cuatro hijos, emprendedora y empresaria. No dice que es, ante todo, una cristiana comprometida en los asuntos del mundo, tarea primordial de los laicos, pero lo descubriremos inmediatamente, pues con respecto a su vocación profesional afirma, «me siento emprendedora, lo que mejor se me da es generar ideas y ponerlas al servicio de los demás». En la actualidad lidera AFFINSA S.A., REDES S.L., CONFÍA PRODUCCIONES, la página web buscoalgomas.com, y en breve AIR, con sensibilidad cristiana y femenina.
¿Por qué emprendedora?
Me siento fundamentalmente emprendedora porque soy muy creativa y me pueden las ganas de llevar mis ideas a efecto. La parte empresarial en mi caso, como en el caso de muchos emprendedores, es la consecuencia obligada del deseo de crear, porque necesitamos una estructura capaz de desarrollar nuestras ideas.
¿Quiénes sois?
Hace 50 años, mi padre, Luis Saiz del Moral, fundaba AFFINSA S.A, con el objetivo de ofrecer un asesoramiento global a las instituciones religiosas.
¿Cómo surge la idea de este proyecto?
Mi padre fue el fundador de la empresa que tiene mucho que ver con su historia vital. Él había sido capuchino y cuando se salió de la orden conocía muy bien la situación de la Iglesia y las necesidades de los religiosos. Mi padre, un hombre de fe y comprometido con la Iglesia, tuvo la idea de ofrecer soluciones a las necesidades reales de los religiosos, a los que apreciaba profundamente. Así surge AFFINSA.
¿Cuál es vuestro propósito?
Ofrecer un asesoramiento global para que los religiosos puedan abordar los retos del siglo XXI, organizando su patrimonio con cierta proyección de futuro. Los acompañamos y ayudamos a prosperar a través de servicios inmobiliarios, de comunicación y de transformación/construcción de inmuebles. Para ello ponemos a su disposición experiencia, conocimiento e innovación buscando las mejores soluciones en cada caso.
¿Por qué es tan importante que las instituciones religiosas organicen su patrimonio?
Es un momento crucial. La falta de vocaciones es un hecho y no hay reemplazo generacional. Hemos constatado que el cincuenta por ciento de los religiosos de nuestro país tienen más de ochenta años y solamente el nueve por ciento menos de cuarenta. Ante esta situación los religiosos deben tomar decisiones y no dejarlo todo en manos de la Providencia. Mi padre decía que a veces las instituciones religiosas «deciden por defunción», es decir, cuando la cosa ya no funciona entonces toman decisiones de forma quizá arriesgada. Sin embargo, es importante que tomen dichas decisiones con cierta racionalidad empresarial de forma razonable, organizando su patrimonio para ponerlo al servicio de su comunidad y abriéndose a la sociedad como una nueva forma de evangelización.
Además de esta asesoría material ¿hacéis algo más?
Siempre hemos pensado que uno de los principales problemas de la falta de vocaciones en las instituciones religiosas es el desconocimiento —aunque no es el único,
hay muchos otros problemas—, pero, es el único sobre el que nosotros podemos emprender acciones inmediatas. Y así hace cinco años nació CONFÍA PRODUCCIONES con la esperanza de poder dar a conocer a la sociedad la realidad de la vida consagrada. Con programas como El Yo soy de... o Conventos, mostramos, de manera cercana y natural, cómo son estos hombres y mujeres y qué los llevó a tomar la decisión de dejarlo todo por Cristo.
¿Sigues generando ideas?
Claro, no puedo parar. Este año quiero lanzar un servicio de apoyo y orientación para ayudar a los religiosos a utilizar sus talentos humanos y económicos para el bien de la Iglesia. Este servicio ya tiene nombre: AIR que en ingles significa aire porque es lo que queremos ofrecer: aire. AIR es un programa de acompañamiento presencial a doce semanas para religiosos que les dará las herramientas y la comprensión necesaria para gestionar sus talentos humanos y económicos.
¿Cuál es la seña de identidad de tu empresa?
Una empresa es una empresa y, lógicamente, tiene que ganar dinero, sino te hundes tú, hundes a tus trabajadores y dejas de ofrecer tu servicio a la sociedad.
Mi empresa se identifica por la confianza basada en la honestidad: velamos por el bien de nuestro cliente (siempre les ofrecemos verdad, no hay engaños) y de nuestros trabajadores (respeto, contratos y sueldos justos, que les den estabilidad y seguridad).
¿Pueden convivir la actitud de servicio con la eficacia y el beneficio?
No somos una ONG. Yo tengo que sacar un beneficio industrial para poder seguir adelante, pero el cliente ha de pagar el justo precio. No me puedo enriquecer a costa de otros, del mismo modo que mis trabajadores no pueden ser esclavos del trabajo. La empresa somos todos: clientes, trabajadores y líderes.
¿Buscas algo más?
Soy católica. Vivo, trabajo, amo y pienso como tal. Hace once años creamos buscoalgomas.com que es nuestro proyecto social. A través de esta web, totalmente altruista, mostramos la maravillosa realidad de la vida consagrada.
¿Cómo camina una empresa hacia la bondad, la belleza y la verdad?
Siempre hay que buscar la belleza porque en ella está Dios. La belleza nos invita a vivir de esperanza y de agradecimiento. En el mundo religioso la belleza, a veces, se deja a un lado porque se cree superficial y yo creo que es muy profundo porque te conecta con la verdad y con la bondad. Nosotros intentamos hacer las cosas bonitas, donde la luz y la estética tengan cierto protagonismo.
En lo que respecta a la bondad hemos de mostrarla no solo en lo que somos sino en lo que parecemos. Si eres una empresa cristiana tienes que manifestarlo; la sonrisa y la amabilidad son fundamentales.
Y por último vivir en la realidad de todos los días es vivir en verdad. Nuestro terreno de juego es la realidad, la contemplamos y analizamos para ofrecer soluciones reales y posibles. Vivimos en verdad con honestidad y mirando siempre hacia arriba.
La verdad, la belleza y la bondad nos definen porque ofrecemos un servicio a la Iglesia y a través de ella a la sociedad. Servir es amar.
Nos despedimos agradeciendo a Noemí su tiempo, su alegría, su cercanía, así como esta forma de servir a los demás desde el emprendimiento y la empresa.