El primado de Polonia

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Cartel oficial de la película "El primado de Polonia", dirigida por Michal Kondrat, 2022.
Cartel de la película "El primado de Polonia", que narra la vida y resistencia del cardenal Stefan Wyszynski.
Cuando Dios pone una piedra en el camino, es solo para que apreciemos el bien que vendrá después.

Por Jesús Jaraíz Maldonado

Estados Unidos, 2022
120 minutos
Director: Michal Kondrat

En dos ocasiones nos hemos aproximado a momentos dramáticos y heroicos de la «nada fácil historia» de Polonia, en expresión de Juan Pablo II.

En Katyn (Estar n. 320), nazis y soviéticos se repartían Polonia (1939) e intentaban arrasar con todo sentimiento de identidad nacional descabezando a la élite de su sociedad.

En Walesa, la esperanza de un pueblo (Estar n. 335), asistimos al nacimiento, en 1978, del sindicato Solidaridad y al comienzo del fin del régimen comunista polaco.

Pero ¿cómo pasar pacíficamente de un férreo régimen ateo, bajo control soviético, a otro de libertad? Un protagonista indiscutible —el cardenal Stefan Wyszynsky— nos ayuda a comprender ese proceso. En El primado de Polonia asistimos al intento de Gomulka —secretario general del partido comunista y máxima autoridad del Estado— de someter a la Iglesia polaca. Frente a él, como roca inamovible, el cardenal primado. El pulso entre ambos durará años.

En pura lógica humana, la victoria debería estar del lado de quien posee la fuerza. El régimen se apoya en el secuestro, la violencia (matanzas de obreros en 1956 y 1970) y en el control de los medios de comunicación. También infiltra espías entre el clero polaco.

Frente al aparato represor comunista, un discreto cardenal con una vasta formación en derechos de familia, Iglesia y Estado. Y un gran defensor de la dignidad del trabajo. Perseguido primero por los nazis y ahora por los comunistas, entiende que «cuando Dios pone una piedra en el camino, es solo para que apreciemos el bien que vendrá después».

Para comprender en plenitud la talla del protagonista, podríamos compartir dos escenas a esta película:

Escena primera: el 23 de septiembre de 1953, en plena noche, el cardenal fue detenido ilegalmente en su domicilio, secuestrado y llevado a un lugar secreto. Durante los tres años de cautividad, Wyszynski escribirá su Diario de la cárcel (BAC, 1984).

Sus notas de prisión revelan la humanidad y santidad del cardenal. Wyszynski exige que se respeten sus derechos como ciudadano. Profundo conocedor de la historia de la Iglesia y de Polonia, le preocupa que el régimen manipule la verdad de su detención, si bien, «la verdad habría acabado saliendo a la luz». Defiende un acuerdo justo con el Estado marxista para «bien de la Iglesia y de la nación polaca». Y sufre la separación forzosa de sus familiares y pastores.

Comprende que el Buen Dios le ha conducido a ese desierto para ser testigo de Cristo, siendo el martirio el mejor testimonio posible. Consagra su vida a santa María de Czestochowa, patrona de Polonia, y sueña con la consagración de su país a la Virgen Negra durante la conmemoración del Milenio del Bautismo de Polonia.

Última escena: recién proclamado papa, Juan Pablo II abraza a un anciano y agotado cardenal Wyszynski en reconocimiento de su martirial testimonio de vida. Al conocer el atentado contra Juan Pablo II, en mayo de 1981, Wyszynski ofreció su vida a cambio de la del papa. Ese mismo mes fallecía el cardenal.


En el siguiente enlace puede acceder al texto de la consagración personal del cardenal Wyszynski a Santa María de Jasna Gora el día 8 de diciembre de 1953, durante su cautiverio.

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