Once upon a time… (Érase una vez)

Una aventura misionera en Gales

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Jóvenes de la Milicia de Santa María en Gales durante una misión, compartiendo oración, actividades y convivencia
Jóvenes de la Milicia de Santa María en Gales, participando en la aventura misionera y actividades ecuménicas.

Por Javier Ratia

En las misteriosas y lejanas tierras de los antiguos anglos y sajones… así suelen comenzar todos los cuentos de hadas. Hoy, sin embargo, queremos relataros una historia muy real, aunque envuelta en los mismos aires de fantasía que han acompañado toda nuestra experiencia. El 21 de julio, la Milicia de Santa María zarpó en una nueva aventura rumbo al corazón de Gales, el país con más castillos del mundo, donde el número de ovejas cuadruplica al de humanos.

Con un grupo de 40 jóvenes de 15 a 18 años, la Milicia se embarcó una vez más en el apostolado en nuestras comunidades hermanas y en el ecumenismo entre confesiones.

Embarcamos en el ferry desde Santander, y desde la lejanía nos dio su sobria despedida el soberbio Palacio de la Magdalena, aposentado en su picacho rocoso. Como si nos hallásemos en una galera del siglo XVI, el vaivén marino agitaba en nuestras mentes un cúmulo de emociones, expectativas, ilusiones y temores ante la intrépida misión que nos aguardaba al otro lado del estrecho: la creación de un nuevo musical.

Una vez desembarcados en Plymouth, nuestros pasos, guiados por nuestro excelente cochero Alfredo, nos llevaron hasta Presteigne, un pequeño pueblo galés donde muy pocos profesan la fe católica. Allí, como intrépidos exploradores que llevan su fe por bandera y despreocupados de la comodidad, llegamos a Paradise Farm, una casa rural de acogida cálida y sencilla, donde la brisa del campo se mezclaba con el murmullo de las colinas. Paradise Farm es hogar de Gloria y John Howard, un matrimonio católico del lugar, que nos abrió sus puertas desinteresadamente y nos brindó ayuda en toda la logística del viaje. Además, Gloria, psicóloga de profesión, junto a su equipo nos regaló a lo largo de la estancia cinco sesiones psicoterapéuticas y formativas sobre la gestión de traumas y emociones derivadas de las preocupaciones cotidianas, cuyos frutos se hicieron visibles en muchos de los jóvenes durante toda la travesía.

En el correr de los días de convivencia, Dios fue entretejiendo un hermoso y colorido tapiz de experiencias inolvidables: practicamos deportes —especialmente fútbol, enfrentándonos a diversos equipos locales— y nos aventuramos en excursiones a Oxford, Hereford y su majestuosa catedral, así como a la abadía benedictina de Belmont, donde compartimos oración y té con los monjes. Durante nuestra jornada ecuménica visitamos varias iglesias de diferentes confesiones cristianas, como la cuáquera, la bautista y la anglicana. Abordamos el diálogo y la música como medios de comunión y fraternidad, apostando por una unidad apostólica y descubriendo que, aun por caminos distintos, la sed de Dios y de Cristo nos hermana. Asimismo, visitamos diversas comunidades católicas hermanas, con las que compartimos oración y música, afianzando una relación que perdura ya más de diez años desde nuestra primera llegada a Gales en 2014.

Uno de los momentos más intensos, emocionalmente hablando, fue la preparación del esperado musical Una luz en la oscuridad (A Light in the Darkness), inspirado en la vida del autor católico J. R. R. Tolkien y en su experiencia trágica en la Primera Guerra Mundial.

Coincidiendo con el Jubileo de la Esperanza en Roma, el musical nació con la intención de ser fuente de luz y esperanza para una sociedad necesitada y ahogada por los estímulos. Bajo la supervisión de profesionales, se incorporaron a la obra herramientas reales para la superación de traumas, con el propósito de que resultara útil tanto para la juventud actual como para los propios jóvenes que participaron en su creación.

También hubo tiempo para la belleza serena: la visita al alto y mágico Elan Valley, donde lagos y montañas parecen guardar secretos antiguos.

Nada de esto hubiera sido posible sin el equipo que, a uno y otro lado del mar, hizo realidad esta misión: en Gran Bretaña, Gloria y John Howard, responsables del día ecuménico, y Jason Braham, coordinador; en España, Luis María García Rioja, encargado de economía y logística; Marijose Gallego, la eterna cocinera; Miguel Ángel Gómez González-Vallés, pianista; y Javier Segura y Pedro Castrillo, organizadores de la actividad.

Así, la historia que comenzó con un «Once upon a time» se convirtió en una experiencia de crecimiento humano y espiritual. Porque, compartida con amigos y vivida al estilo de un grupo cristiano como la Milicia de Santa María, cada jornada en Gales fue un capítulo luminoso de un libro que no queremos cerrar.


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