Anónimo
– ¿De modo que te has convertido a Cristo?
– Sí.
– Entonces sabrás mucho sobre él. Dime: ¿En qué país nació?
– No lo sé.
– ¿A qué edad murió?
– Tampoco lo sé.
– ¿Sabrás al menos cuantos sermones pronunció?
– Pues no… No lo sé.
– La verdad es que sabes muy poco para ser un hombre que dice haberse convertido a Cristo…
– Tienes toda la razón. Y yo mismo estoy avergonzado de lo poco que sé acerca de Él. Pero sí sé algo: Hace tres años, yo era un borracho. Estaba cargado de deudas. Mi familia se deshacía en pedazos. Mi mujer y mis hijos temían como un nublado mi vuelta a casa cada noche. Pero ahora he dejado la bebida; no tenemos deudas; nuestro hogar es un hogar feliz; mis hijos esperan ansiosamente mi vuelta a casa cada noche. Todo esto es lo que ha hecho Cristo por mí. ¡Y esto es lo que sé de Cristo! (Cfr. Jn 9)