
Por Eder Falcón
No falta nada y el corazón se llena de ilusión y emoción al pensar en el próximo Jubileo de los Jóvenes en Roma. Y es esperanzador que siete jóvenes peruanos hayan respondido al llamado del Señor a ponerse en camino, a iniciar esta aventura de la fe, a abrir el corazón a lo que él les pida. En verdad que hemos vivido un «Kairós», un tiempo de gracia, en el que hemos podido experimentar que Dios nos acompaña y camina al ritmo de los jóvenes. Aunque cuesta dinero, tiempo y esfuerzo, el Señor no se deja ganar en generosidad como vemos en cada testimonio.
1. Alejandro Bonilla: Iniciamos con un retiro de silencio que, aunque fue un gran desafío, nos ayudó a encontrarnos con lo más profundo de nosotros mismos y con Dios. Aprendimos a escuchar en medio del silencio y a reflexionar con el alma abierta. Vivimos con mucha entrega la Semana Santa, viviendo intensamente la liturgia. Cada semana, nos reunimos para seguir preparándonos, profundizando en el sentido del Jubileo y fortaleciendo nuestro espíritu para la peregrinación a Roma. Ha sido un camino compartido, lleno de fe, comunidad y esperanza; un tiempo de renovación, de gracia y de volver a lo esencial.
2. Koakity Sancho: Un jubileo no se vive muchas veces y a mí —¡gracias, Señor!— me ha tocado vivirlo en Roma con jóvenes de todo el mundo. La sensación que tengo es de una alegría inmensa y con muchas ganas de disfrutar y aprovechar al máximo este viaje con la Milicia. Cuando hablo de preparación no solo se trata del tema logístico, sino que aún más importante es una preparación espiritual, mental y física. Peregrinar a Roma es todo un reto en mi vida. Algo que posiblemente llegue a marcar mi fugaz juventud y pueda recordar con tanto cariño. Solo espero que pueda entender más los planes de Dios con su Iglesia, llevarme con nuevas amistades, conocer la Milicia en España, conocer lugares y que todo me sirva para ayudar a los demás y a mí mismo en el camino.
3. Piero Bernahola: Para la preparación del jubileo, tenía que dar a mi vida mucho más sentido espiritual, como hacer más penitencia, aprovechar el tiempo, caridad y más trabajo. En la práctica, fue más difícil de lo que creí; tuve fallos y caídas, pero igual el Señor me seguía animando. Vino de la mano con el Jubileo, otro camino más de su misericordia a nuestros pecados. Si tenía alguna actividad o tarea, me acordaba del jubileo y daba un poco más de lo que pensaba dar. Mis expectativas son muy grandes. Desde conocer el grupo de la Milicia de España, visitar sus ciudades con tanta cultura, convivir y hacer misión con hermanos militantes. Por último, ver al papa, nuestro Cristo en la tierra, en la plaza de San Pedro será el gran regalo del Señor.
4. Renzo Bonilla: Gracias a mi devoción, mi fe y mi fuerte amor a Dios, estoy llevando la preparación jubilar con mucho ánimo. Aunque realmente es un reto poder lidiar con los cursos de la universidad y la preparación, estoy seguro al decir que, con Dios, siempre habrá espacio para todo. Vivo la emoción de poder participar en un evento tan importante y, sobre todo, permaneceré siempre agradecido con mis guías (Eder, Ricardo, Teo y Jorge) por estar siempre alentando y animando la fe en mi corazón. ¡Jubileo 2025, allá vamos!
5. Martín Regalado: La preparación para el Jubileo de los Jóvenes ha sido constante y está directamente ligada a mi trabajo con el Movimiento de Santa María, especialmente desde que me asignaron la dirección teatral del musical Skate Hero en Perú. Esta colaboración no ha sido solo una participación puntual, sino una forma concreta de aportar desde lo que sé hacer como educador artístico y actor. Me ha permitido mantenerme activo en las actividades formativas y culturales del grupo, reforzando también mi vínculo con su propuesta educativa. El viaje a Roma representa una experiencia valiosa que asumo con responsabilidad. Como educador, me interesa seguir creciendo en espacios que integran formación, comunidad y fe. Definitivamente, participar en este encuentro internacional es una extensión natural de ese camino.
6. Fredy Galloso: Desde los primeros encuentros, he sentido cómo se va formando un verdadero espíritu de comunidad entre todos los que vamos a participar. Cada reunión, oración y momento compartido ha reforzado en mí la idea de que no solo viajamos a una ciudad, sino hacia un encuentro profundo con nuestra fe. Me emociona pensar en estar en el corazón de la Iglesia, en Roma, junto a miles de jóvenes del mundo. Espero vivir días llenos de alegría, esperanza y renovación espiritual. Quiero dejarme sorprender por Dios en cada paso de esta peregrinación. También tengo muchas ganas de conocer nuevas culturas y realidades. Sé que este viaje marcará mi vida para siempre.
7. Josué Araujo: Este año jubilar se hace sentir en los corazones de todos los militantes y cruzados alrededor del mundo y personalmente, este año está siendo uno de transformación y cambios que me están acercando más a Dios. Es muy conmovedor ver cómo se traspasan las fronteras y diferencias para poder celebrar 2025 años de la redención del mundo tras la venida de nuestro señor Jesucristo. Esta espera está siendo muy productiva, preparando nuestros corazones y aprendiendo mucho más acerca de lo que significa un año jubilar. Vivo con mucha emoción este año que llegará a su clímax en el Jubileo de los Jóvenes donde junto a los militantes de España se podrán compartir muchos conocimientos y experiencias nutritivas para nuestra alma y espíritu.
Doy gracias al Señor por darme la oportunidad de trabajar por y con los jóvenes. El papa León XIV no ahorra energía para convocarlos y alentarlos. El pasado 14 de junio el papa animaba a los jóvenes reunidos en su ciudad natal, Chicago, exhortándolos a construir comunidad, abrazar el amor de Dios y convertirse en «faros de luz, signos de esperanza y paz en todo el mundo». Y una semana después, con motivo de la II Conferencia sobre Inteligencia Artificial, Ética y Gobernanza Corporativa, explicando la necesidad de abordar la «pérdida del sentido de lo humano» que, según él, afecta a las sociedades actuales, reclamaba que «nuestra juventud debe ser ayudada, y no obstaculizada, en su camino hacia la madurez y la verdadera responsabilidad, pues son la esperanza del futuro» y el bienestar social «depende de que se les permita desarrollar los dones y capacidades que Dios les ha concedido».
¡Qué gozo poder vivirlo con jóvenes de todo el mundo en el Jubileo de la Juventud!