Lo ha pregonado el papa Francisco en Río. Hoy vivimos no una época de cambios, sino un cambio de época. Estamos en una época globalizada, difícil de entender, llena de incertidumbre… pero, mirada con los ojos de Dios, llena de esperanza. Y la JMJ ha sido eso: un soplo de aire fresco color esperanza que ha ido penetrando en nuestro mundo, asfixiado por tantas crisis, corrupciones y desencantos. Un aliento de aire puro que con la alegría y el dinamismo del amor purifica a su paso los ambientes cargados de tristeza y egoísmo. Un vendaval de fe puesta en acción en millones de jóvenes, capitaneados por este papa sencillo.
Un vendaval, que, amplificado por los medios de comunicación, llega a cada hombre y a cada mujer para recordarnos nuestra dignidad de hijos de Dios, y para pedir que nos abramos a los demás en responsabilidad social, evangélica y evangelizadora.
San Agustín no temía los tiempos nuevos, y razonaba así: Los hombres dicen que los tiempos son malos, que los tiempos son difíciles: vivamos bien y los tiempos serán buenos. Nosotros somos los tiempos: así como somos nosotros, así son los tiempos.
Cambiemos nosotros y cambiarán los tiempos… Comenzamos un nuevo curso: cambiemos la actitud y notaremos cómo a nuestro alrededor van cambiando las cosas…
Un cambio de época… también en nuestra revista. Estar comienza una nueva etapa. Sigue estando con María, al pie de la cruz (esa ‘t’ estilizada de Estar) para proclamar, como Ella, las maravillas que hace el Señor en medio del mundo, a través de aquéllos que se dejan hacer. Hágase-Estar, ayer, hoy y siempre.
Y así, manteniendo la frescura y la vitalidad de siempre, Estar se abre a nuevos retos. Por ello, aunque vuelve a su periodicidad bimestral, aumenta el número de sus páginas (¡de 36 a 52, y 60 en este número!), para dar cabida a nuevas secciones, de modo que llegue a todas las edades, a todos los lugares, a todas las situaciones vitales.
Nuevas secciones, como los “microrrelatos” de experiencias personales de El mosaico y los proyectos de evangelización (Es la hora de actuar). O las dedicadas a los más pequeños (Con ojos de niño) y a los jóvenes (Jóvenes en marcha). O tantas otras que irás descubriendo.
Seas quien seas y estés como estés, Estar quiere ser “tu” revista: te pide que la leas con ojos ilusionados, que la lleves a tu oración y a tu vida diaria, y que la difundas, sobre todo con tu testimonio, y si puedes, también con nuevas suscripciones.
En definitiva, Estar inicia una nueva época para una época nueva. ¡Buen camino!