Misionero en mi día a día

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Camino de Santiago Míchel 2022
Camino de Santiago Míchel 2022

Por Míchel Toraño

De joven me planteé la opción de ser misionero, pero mi vida ha ido por otros caminos. Tengo cierta envidia de aquellas personas que dejaron todo por misionar, como mi hermana Lola, Misionera de la Caridad de santa Teresa de Calcuta, pero con el tiempo he descubierto que todo bautizado es —y debe ser— misionero donde Dios lo coloca: en el trabajo, en la familia, en su comunidad de vecinos…

Lleno de entusiasmo, me puse a misionar en mi entorno. Os cuento brevemente mi experiencia:

✓ Mi primera acción misionera empieza en mi casa cuidando de mi matrimonio, para que Gema y un servidor seamos santos y fecundos. Atendiendo a nuestros cuatro maravillosos hijos. Educando desde la libertad y el amor. Todo un regalo.

Una labor muy evangélica es con los compañeros de nuestros hijos y también con los padres del colegio y de los equipos de fútbol.

✓ Hace un par de años el piso de enfrente de mi casa se quedó vacío y viendo a mis padres mayores, me vino en la oración el recuerdo de haber cuidado, tanto mis padres como mis hermanos, de mis abuelos y mi tía ciega hasta su marcha al cielo.

Les propuse mudarse, y aunque en un principio no veían dejar su casa de toda la vida, al final accedieron debido a las dificultades que tiene un piso antiguo. La mudanza fue bastante sencilla porque tengo unos padres muy desprendidos. Ahora «echo un cable» en todo lo que necesitan, con la ayuda de alguno de mis hermanos que viven cerca, visitas al hospital, compras, llevar a misa, arreglos en el piso, etc. Y, sobre todo, disfrutando de su compañía casi cada día, que es un verdadero lujo.

✓ Mi cuñada Mirian perdió a su marido de forma repentina hace tres años y medio y solo nos tiene a nosotros en Madrid. La intentamos ayudar con sus hijas, ya que son pequeñas, en recogerlas del cole, fines de semana que la madre tiene que viajar… Fue un momento muy duro para la familia, pero con la ayuda de Dios Padre se lleva bastante bien.

✓ En mi trabajo, siendo ejemplo de lunes a viernes profesionalmente; llevando la alegría ante las dificultades y problemas; creando buen humor ante las quejas que no cesan por todo.

Ya que pasamos muchas horas juntos intento que den gracias por miles de cosas, primero y bastante claro y evidente por tener un trabajo, por la comida (ya que comemos en la oficina), cobrar el salario con prontitud, posibilidad del autobús de empresa o aparcamiento en el centro de trabajo y muchas más condiciones favorables.

Escuchando y animando a los compañeros cuando comparten sus problemas personales.

✓ Este curso me han «fichado» como educador en la Milicia Santa María con los jóvenes de Enseñanzas Medias, que están en una edad preciosa (16-18 años) y de los cuales aprendo mucho. Los animo cada semana a cultivar la oración, que no debe ser una actividad más sino un motor en nuestra vida.

✓ Llevando la vida de Ignacio Echeverría mediante el musical Skate Hero. Un joven que dio su vida literalmente por unos desconocidos. Lo hemos representado en varios lugares de España.

Ya fue un verdadero lujo pertenecer al equipo del musical Contigo, donde llevamos la vida de Abelardo y las obras de Misericordia, en familia, por toda España.

✓ Ayudando, un par de fines de semana al año, a que hombres se encuentren con Jesucristo vivo durante un retiro de Emaús. Para preparar estos retiros nos reunimos semanalmente en la parroquia. Comenzamos con la eucaristía, seguimos con la reunión y luego una cena que sienta fenomenal después de compartir.

Se crean verdaderos lazos de unión entre varones de todas las edades, condiciones, pensamientos, estados civiles…, y se ve la grandeza de la Iglesia.

✓ Participando en las actividades del Grupo Santa María, familias a las que llevamos vinculados desde hace más de veinte años. Es importante vivir la fe en comunidad e invitar a familiares, amigos, vecinos, compañeros… a compartir momentos de la vida cristiana tan importantes como el Adviento-Navidad y la Pascua-Resurrección.

Nuestros hijos han crecido, gracias al Grupo Santa María, y han creado una amistad verdadera, entre ellos, hasta el día de hoy.

✓ Mi párroco, con autorización del obispo de Madrid, me nombró ministro extraordinario de la sagrada comunión.

Tengo dos labores principalmente, los domingos en misa ayudar a repartir la sagrada comunión en mi parroquia si no hay sacerdotes suficientes y, luego, llevar a Jesús eucaristía a los enfermos a su casa. Realmente no me siento digno de tal misión, pero he sido llamado a realizarla y tengo que reconocer que es hermosísima, porque se crean lazos muy fraternos con el enfermo.

Cuando voy con la sagrada comunión por la calle, después de recogerla en la parroquia, no puedo dejar de sonreír y de tocar un poco el cielo. Es un momento único e irrepetible en el que voy alabando, dando gracias a Dios nuestro Señor por tanto bien que recibo. Sinceramente es difícil expresar con palabras todo lo que se siente llevando a Jesús eucaristía a un hermano enfermo que está deseando recibirlo.

Evidentemente, para servir en este ministerio cuido mucho el sacramento de la penitencia.

Quiero recalcar que todas estas misiones que realizo, en lo sencillo del día a día, en lo rutinario, en lo cotidiano, no puedo llevarlas a cabo sin la eucaristía diaria, donde recibo el alimento que me da la vida; sin el rezo del santo rosario (heredado de mis padres al rezarlo en familia), arma muy poderosa ante las dificultades que va poniendo el demonio; y sin la estimable ayuda de mi director espiritual, un hermano mayor para mí, con el que llevo muchos años y me anima, alienta, exige…, para que crezca en mi vida interior.

Así vivo, sencillamente, mi inquietud misionera de joven; no me ha hecho falta salir de mi ciudad, de mi país, simplemente siendo un misionero de la puerta de al lado.

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