La política como compromiso de servicios

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Carmen Asiain, política cristiana comprometida con la defensa de la vida, la educación y el servicio público.
Carmen Asiain, testimonio de vocación política desde la fe cristiana y la defensa de principios universales.

Por Redacción El genio femenino

D.ª Carmen Asiain Ayala es licenciada en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid. Comenzó su andadura docente como profesora del IES Federico Baraibar (Vitoria) para pasar luego a ser jefa de los Servicios Territoriales de la Alta Inspección de Educación en el País Vasco. Ha sido secretaria de Organización y Administración de la Comisión Ejecutiva Provincial de Álava, parlamentaria vasca por Álava y procuradora en las Juntas Generales (Parlamento) de Álava.

D.ª Carmen es a la vez un ejemplo de entrega a la tarea pública como cristiana comprometida y una propuesta de participación en la vida pública para las jóvenes generaciones.


¿Por qué y para qué te implicaste en política?

Desde jovencilla me ha interesado la política. Cuando vine a vivir a Vitoria, decidí implicarme en la vida pública y luchar por la libertad en un momento en el que estaba muy presente la amenaza de ETA. Eran los años 80 del siglo XX en los que no se podía disentir públicamente, no se podía condenar un atentado, ni pedir la libertad de un secuestrado, como Ortega Lara. Era un ambiente irrespirable, y yo no quería que mis hijos vivieran en una sociedad así.

Por otro lado, en el País Vasco comenzó un proceso de ideologización de la educación, convirtiéndose esta en una herramienta de proselitismo ideológico que a mí me parecía atroz. Había que combatirlo también, y trabajar por la defensa de una educación al servicio del hombre, por la defensa de la libertad de opinión y por el valor de la vida humana. Decidí participar activamente en la vida política, que es participar en la vida social.

¿Cómo concretaste este deseo?

Me afilié a un partido político y comencé a trabajar desde allí. Fueron años duros: Planté cara a los opresores. Fui odiada, perseguida, amenazada, insultada, difamada. Era señalada en la calle. Tuve que ir con escolta. Pero tenía claro que trabajaría por una educación en libertad (mi vocación profesional) y para las personas.

¿Cuál ha sido tu tarea en esos años?

He sido portavoz en el parlamento vasco de los dos grandes servicios públicos: sanidad y educación. En sanidad aprendí mucho, pero en educación sufrí. Fue muy duro porque la gente de tu propio partido se enfrenta a ti, no comparte tu manera de ver la educación, de ver la vida. Hemos convertido la política en una profesión sin vocación y esto corrompe la dinámica interna de los partidos. En todos los partidos políticos veo empobrecimiento, convirtiéndose en organizaciones con una actividad poco prestigiosa. Lo más triste es que la política y los políticos tienen los defectos de la sociedad: la falta de formación, de cultura de esfuerzo y de sacrificio, falta de valores. Este es un problema importante.

Carmen ¿qué es la política?

La política es la actividad que desarrollamos los seres humanos en sociedad, para establecer las reglas que permitan la vida en común y la edificación de la vida humana.

¿Qué vínculo existe entre ética y política?

Los principios éticos en las sociedades democráticas legitiman el ejercicio del poder y de la actividad política. Las leyes deben encarnar los principios éticos que conducen al poder político en el servicio de la sociedad.

¿Es la ética importante en política?

A veces, se la pierde de vista porque vivimos en un mundo relativista con multiplicidad de formas de opinar, de entender, de considerar lo bueno o lo conveniente. No se admiten principios universales como el derecho a la vida y el carácter sagrado e intocable de la vida humana desde su inicio hasta su final y, sin embargo, estos valores nos deben posicionar como políticos ante el problema del aborto o de la eutanasia.

¿Vivimos en una sociedad deshumanizada?

Sí. Y cuando nos deshumanizamos caemos en los despotismos más sanguinarios. En el momento en que alguien se otorga la capacidad de decidir sobre la persona, la vida, la muerte o la dignidad del hombre se establece la primera condición para poder matar. Eso lo sabían muy bien en los campos de exterminio nazis.

¿Hay que reivindicar, pues, los principios universales en política?

Desde luego, porque son los que nos aclaran el por qué, el para y el cómo de la vida de los hombres en sociedad. Recordemos este triángulo: ética, política y moral.

¿Debe el cristiano comprometerse en política?

Sin duda, el cristiano debe implicarse en la sociedad que le ha tocado vivir porque debe encarnar a Cristo en el mundo.

¿Cómo?

Es fundamental que se forme académica y espiritualmente porque ha de ser luz: las conversaciones, la forma de divertirse, etc., todo tiene una dimensión social y política. Si tú te implicas, estás creando y contribuyendo con tu ejemplo a ir en otro sentido. Pasar de política favorece la dejadez, lo que permite que otros decidan por ti, por lo tanto, es importante votar. Debemos votar: «piensa, elige e implícate». Por fin y lo entiendo como la más alta responsabilidad, participar activamente como cargo público electo, porque la política es estar al servicio de los demás y trabajar para todos.

¿Qué actitudes debe poseer un político cristiano?

La vocación de servicio y la humildad. Imitar a Cristo en el lavatorio de los pies; el último será el primero: comprometerse con los más débiles, defender la dignidad de la vida humana en cualquiera de sus estadios, tener con los demás una vinculación fraternal, hacer vida la palabra de Cristo.

¿Qué aconsejarías a nuestros jóvenes?

Que se arriesguen y se involucren en política, porque la política es una vocación de servicio y de construcción del reino de Cristo allí donde estamos y en lo que hacemos. Si fuéramos cristianos comprometidos en política, la sociedad sería como la familia; habría más amor, más comprensión, más servicio, más generosidad, más esperanza.

¡Adelante!

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