El Corazón de Jesús en el día a día

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Corazón de Jesús y Margarita María Alacoque
Corazón de Jesús y Margarita María Alacoque

Acercarnos al hecho, la devoción al Corazón de Jesús, en España y en el mundo, es descubrir una realidad rica y con huella que perdura hasta nuestros días. Los lugares también representan algo importante en nuestro discurrir cotidiano. Por eso queremos detenernos, sin ánimo de ser exhaustivos, en identificarlos para agradecer tanto bien como nos viene de ellos.

«Desde esos lugares consagrados por la comunicación vivencial del Señor, y desde los centros de irradiación de su mensaje evangélico, nos dice Jesús: “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas” (Mt 11,28-29) (*1)».

Comencemos por indicar los tres santuarios, en Europa, claves en la devoción al Corazón de Jesús. Estos, nos recuerdan aquellas experiencias de carácter místico, en que el Corazón de Jesucristo se ha revelado a personas elegidas en sus designios salvíficos para comunicarnos su amor y misericordia. Personas con el denominador de ser jóvenes adultos, pues mueren con 43, 24 y 33 años respectivamente:

Francia, Verosvres, el monasterio de Paray-le-Monial. Santa Margarita María de Alacoque, 22 de julio de 1647-17 de octubre de 1690. España, Valladolid. Basílica Santuario de la Gran Promesa. Bernardo Francisco de Hoyos y de Seña, 21 de agosto de 1711-29 de noviembre de 1735. Polonia, Cracovia, santa María Faustina Kowalska, 25 de agosto de 1905-5 de octubre de 1938. El Señor le comunicó: «Di, hija mía, que soy el amor y la misericordia misma» (Diario 299). San Juan Pablo II, al canonizar a sor Faustina, el 30 de abril del 2000, instauró la fiesta de la Divina Misericordia coincidiendo con el segundo domingo de Pascua.

Desde la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, instituida por el papa Pío IX en 1836, hasta nuestros días, estos son los países (15), y la fecha que consta cuando fueron consagrados al Corazón de Jesús: Ecuador 1874, El Salvador 1875, República de Guatemala 1895, Venezuela 1900, Colombia 1902 (hasta la constitución de 1991. Dictamen de la Corte Suprema de 12 de noviembre de 1994), España 1919. Nicaragua 1920, Polonia 1920, Costa Rica 1921, Brasil 1922, México 1924 (vuelto a consagrar en 2006 por S.S. Benedicto XVI), Bolivia 1925, Chile 1946, Honduras 1928, Perú 2016.

Una manera de permanecer viva la devoción es cuando se hace fiesta. El pueblo intuye que «en el corazón de Jesús reverbera el corazón del Padre Dios en su amor hacia nosotros. “Como el Padre me ha amado, así os he amado yo, permaneced en mi amor” (cf. Jn. 15,9)» (*2). Por eso algunos pueblos y ciudades, en este caso de España, siguen haciendo fiesta en honor al Sagrado Corazón. Estos son algunos: Bulbuente (Zaragoza); Teror, Masdache, Conil, Ojos de Garza, el Paso (Canarias); Barrio del Corazón de Jesús (Elche); El Mojón (Murcia); Aldeanueva de Guadalajara; Torrevieja (Alicante).

El corazón no es la imagen pero si caracteriza a la imagen, es que deben estar unidos íntimamente. Porque Jesús es el amigo con corazón, el redentor que se nos dio generosamente. Tener una imagen, un monumento público del Sagrado Corazón es querer, a través de nuestros ojos, recordarnos esa realidad del «amigo con corazón».

Veamos los lugares más representativos donde podemos encontrar esos monumentos dedicados al Sagrado Corazón de Jesús en España: Tibidabo (Barcelona), Palencia (Cristo del Otero), Oviedo, Bilbao, San Sebastián, Funes (Navarra), Tudela (Navarra), Alcubierre (Huesca), Alfambra (Teruel), Cerro del Socorro (Cuenca), Huete (Cuenca), Toledo, Alcaudete de la Jara (Toledo), Cerro de los Ángeles (Getafe), La Mata (Alicante), Orihuela (Alicante), Mazarrón (Murcia), Sorbas (Alicante), Almería, San Fernando (Cádiz), Valencina de la Concepción (Sevilla), Arcos de Jalón (Soria), Macotera (Salamanca), Moscarí (Baleares), San Sebastián de la Gomera. Asimismo, encontramos la ermita dedicada al Corazón de Jesús en Ibarranguelu (Vizcaya).

Tampoco podemos dejar de mencionar la estatua levantada en Brasil, en Río de Janeiro, construida entre los años 1922 y 1931, y elegida como una de las maravillas del mundo.

La beata María del Divino Corazón solicitó al papa León XIII que consagrara todo el mundo al Sagrado Corazón de Jesús, lo que el pontífice hizo en 1899. Y no solo accedió a la petición, escribiendo su encíclica Annum sacrum del 25 de mayo de 1899 y consagrando todo el mundo al Sagrado Corazón, sino que además dijo que ese fue el mayor acto de su pontificado.

Desde esos momentos toda una corriente de afecto, fuerza y fe ha alimentado al pueblo cristiano con el simbolismo del Sagrado Corazón. Corriente que ha ido vivificando expresiones muy certeras cuando el dolor, la alegría, o la necesidad de compasión, llaman a la puerta de nuestro propio corazón: ¡Corazón de Jesús, en ti confío!

Imágenes en las casas, monumentos en pueblos y ciudades, fiestas, también devociones particulares, colegios y barrios amparados por el Corazón de Jesús. El pueblo ha intuido que en ese corazón está la clave, sabe que «la palabra corazón significa centro de la persona, amor, compasión y misericordia, interioridad habitada por el Espíritu, sinceridad, autenticidad y verdad del hombre, lugar donde se goza de modo inefable con el amor y se sufre indeciblemente con la traición; intimidad donde germina lo nuevo e inicia el retorno a la casa paterna el hijo distante; donde la Palabra de Dios es acogida y meditada (cf. Lc 2,19.51) (*3).


(Notas)

(*1, *2 ,3) Homilía del cardenal Ricardo Blázquez en la concelebración Eucarística en el Cerro de los Ángeles. 3 de abril del 2019

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