Un principio educativo

61
Gredos 1987
Gredos 1987

Hace poco un matrimonio amigo que tienen dos hijos preciosos, me enviaron un video de esos que corren por Internet Normalmente soy bastante reacio a estos mensajes que llegan y se difunden de manera masiva. Pero éste me lo enviaban personalmente. Habíamos hablado varias veces del tema de la educación de sus hijos, de 2 y 4 años, y estaban bastante preocupados sobre la elección de colegio y sobre la tarea de educarlos en los valores que ellos viven.

Por esa razón me decidí a descargar el vídeo y pude ver lo que me habían enviado. Tengo que decir que me impactó. El título era «El mejor video del año 2008». Es un montaje publicitario de una ONG australiana en defensa de los niños, donde se muestra a adultos que van seguidos de niños, y estos niños imitan exactamente lo que hacen sus supuestos padres. Detrás de cada adulto aparece un niño: hablando por el móvil igual que su padre, tirando basura, gritando enfurecido como su madre en un atasco… El video se centra especialmente en esos comportamientos egoístas y agresivos que desarrollamos de manera cotidiana y que son el nutriente del famoso «aprendizaje vicario», que diría algún psicopedagogo, que lamentablemente trasmitimos a los hijos.

Sólo dura minuto y medio. Pequeñas escenas y una canción de fondo. El mensaje final, traducido del inglés, venía a remarcar de manera contundente lo que ya habían mostrado las imágenes: «Lo que ven los niños, eso es lo que hacen. Haz que tu influencia sea positiva».

El lema no es una novedad. Pero viene muy bien que lo tengamos siempre presente. Me recordó muchos momentos al lado de Abelardo en los Campamentos de Santa María. En las reuniones con los jefes de escuadra, aquellos que tenían encomendada la tarea de ser los principales educadores de sus compañeros de escuadra, no se cansaba de repetir: «lección vista, lección aprendida; lección aprendida, lección practicada». Nos insistía en que no bastaba con decirles lo que tenían que hacer, había que enseñar con el ejemplo. Si el educador no vive lo que intenta enseñar, es imposible que esto llegue a calar en el educando. Es sentido común educativo, pero aunque parezcamos un poco pesados, en medio de este maremágnum de reformas educativas y «bolonias» a la vista, conviene no olvidar los grandes principios que dan vida a la educación verdadera.

He querido hablar de este principio educativo porque estamos ya inmersos en pleno verano, y es un tiempo propicio donde desarrollamos muchas actividades educativas para los jóvenes y las familias. Como decía el P. Morales, la educación es «la más sublime de las tareas humanas… Educar es convertir al discípulo en alguien, para que no sea un cualquiera; hacer que cada uno sea él al máximo». Pero no nos olvidemos de vivir nosotros primero lo que tratamos de enseñar.

Artículo anteriorLa familia, espacio sagrado de personalización
Artículo siguienteLa familia como razón de vida